Los sindicatos sacaron a la calle a decenas de miles de personas en toda España en defensa del Estado de bienestar.Los sindicatos cifraron en 50.000 los manifestantes, la mitad de los que participaron en la protesta de la huelga general en Oviedo el 29 de marzo y una estimación también inferior a la celebrada también en Gijón del 11 de marzo, contra la reforma laboral.
El discurso de Francisco Baragaño, secretario general de USO, cargado de reproches a la política de Mariano Rajoy y a la Unión Europea, fue pronunciado una hora después de la salida de la manifestación, que cubrió un recorrido de dos kilómetros entre Campo Valdés y el paseo de Begoña.
Los sindicalistas avisaron de que no van a rebajar la presión en sus protestas hasta que el Gobierno retire su plan de recortes y modifique la reforma laboral. También coincidieron en sus críticas a la situación política regional. «Necesitamos un Gobierno serio y responsable, porque Cascos, que venía a salvar la región, lo que está haciendo es hundirla», «esperemos que Asturias tenga pronto un Gobierno fuerte que pueda hacer frente a los recortes del Ejecutivo central como están haciendo otras comunidades autónomas».
Durante la marcha se pudieron leer algunas consignas en las pancartas de los manifestantes como: «Rajoy, marioneta de los especuladores», «no al repago de los medicamentos», «¿para cuándo una reforma política?» o «no a la reforma laboral por injusta, ineficaz e inútil». Durante la manifestación también se oyeron algunos cánticos pidiendo la convocatoria de una nueva huelga general.
La ronda de intervenciones en el paseo de Begoña la cerró el secretario general de USO, Francisco Baragaño, que destacó durante su discurso que los tres pilares básicos del Estado social (educación, sanidad y pensiones) han recibido un «ataque en su línea de flotación» por parte del Ejecutivo del PP, que «está siguiendo el mandato de los grandes poderes económicos».
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